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04 2022

Las feministas de Rusia están en las calles manifestándose contra la guerra

Feminist Anti-War Resistance

Traducción: Sara Jiménez

Este texto es un manifiesto de las feministas de Rusia, unidas contra la ocupación y la guerra en Ucrania. El feminismo es hoy uno de los pocos movimientos críticos en Rusia  que no ha sido arrollado por las oleadas de persecución impulsadas por el gobierno de Putin. Por el momento, varias decenas de organizaciones feministas de base están funcionando en, al menos, treinta ciudades rusas. En este texto, las feministas que forman parte de las manifestaciones contra la guerra en todo el país hacen un llamamiento a las feministas de todo el mundo a unirse contra la agresión militar perpetrada por el gobierno de Putin.

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El 24 de febrero, sobre las 5:30 de la mañana, hora de Moscú, el presidente ruso Vladimir Putin anunciaba una «operación especial» sobre Ucrania para «desnazificar» y «desmilitarizar» este estado soberano. Esta operación llevaba preparándose mucho tiempo. Las tropas rusas llevaban meses desplazándose hacia la frontera con Ucrania. Al mismo tiempo, los dirigentes de nuestro país negaban cualquier posibilidad de un ataque militar. Ahora vemos que esto era mentira.

Rusia le ha declarado la guerra a su país vecino. No permitió a Ucrania el derecho a la autodeterminación ni ninguna esperanza de vida pacífica. Declaramos —y no es la primera vez— que la guerra lleva librándose durante los últimos ocho años por iniciativa del gobierno ruso. La guerra en Donbás es una consecuencia de la anexión ilegal de Crimea. Creemos que ni a Rusia ni a su presidente les importa ni les ha importado nunca el destino de la gente de Luhanks y Donetsk, y que el reconocimiento de las repúblicas después de ocho años fue solo un pretexto para la invasión de Ucrania bajo la apariencia de liberación.

Como ciudadanas y feministas rusas, condenamos esta guerra. El feminismo como fuerza política no puede estar del lado de una guerra de ocupación y de agresión militar. El movimiento feminista en Rusia lucha por los colectivos vulnerables y por el desarrollo de una sociedad justa con igualdad de oportunidades y expectativas, en la que no haya lugar para la violencia y los conflictos militares.

La guerra significa pobreza, violencia, migraciones forzadas, vidas rotas, inseguridad y falta de futuro. Es irreconciliable con los objetivos y los valores fundamentales del movimiento feminista. La guerra exacerba la desigualdad de género y revierte los logros en materia de derechos humanos conseguidos durante muchos años. La guerra trae consigo no solo la violencia de las bombas y las balas sino también violencia sexual: como muestra la historia, durante la guerra, el riesgo de ser violada se incrementa varias veces para cualquier mujer. Por estas y otras muchas razones, las feministas rusas y quienes comparten los valores feministas tienen que adoptar una postura firme contra esta guerra desatada por los dirigentes de nuestro país.

La guerra actual, como muestra el discurso de Putin, también se libra bajo la bandera de los «valores tradicionales» declarados por los ideólogos del gobierno; valores que Rusia, al parecer, se decidió a promover en todo el mundo mediante el uso de la violencia contra quienes se nieguen a aceptarlos o quienes tengan opiniones diferentes. Cualquiera capaz de pensar de forma crítica sabe bien que estos «valores tradicionales» incluyen la desigualdad de género, la explotación de las mujeres y la represión contra aquell*s cuya forma de vida, autoidentificación y conducta no encajan en las estrechas normas patriarcales. La justificación de la ocupación de un estado vecino mediante el deseo de promover estas normas distorsionadas y la búsqueda de una «liberación» demagógica es otra de las razones por las que las feministas de toda Rusia deben oponerse a esta guerra con todas sus fuerzas.

Las feministas son hoy una de las pocas fuerzas políticas activas en Rusia. Durante un largo periodo, las autoridades rusas no nos han percibido como un movimiento político peligroso, por lo que por un tiempo la represión nos afectó menos que a otros grupos políticos. En la actualidad hay más de cuarenta y cinco organizaciones feministas diferentes operando en todo el país, desde Kaliningrado hasta Vladivostok, desde Rostov del Don hasta Ulán-Udé y Múrmansk. Hacemos un llamamiento a las organizaciones feministas rusas y a las feministas a título individual para que se sumen a la Resistencia Feminista contra la Guerra y unan sus fuerzas para oponerse activamente a la guerra y al gobierno que la inició. También hacemos un llamamiento a todas las feministas del mundo a unirse a nuestra resistencia. Somos muchas y juntas podemos hacer mucho: en los últimos diez años, el movimiento feminista ha conseguido un enorme poder mediático y cultural. Es hora de convertirlo en poder político. Somos la oposición a la guerra, al patriarcado, al autoritarismo y al militarismo. Somos el futuro que viene para quedarse. 


Hacemos un llamamiento a las feministas de todo el mundo:

Uníos a las manifestaciones pacíficas y organizad vuestras propias acciones y campañas offline y online contra la guerra en Ucrania y la dictadura de Putin. No dudéis en utilizar el símbolo del movimiento de Resistencia Feminista contra la Guerra en vuestros materiales, así como los haghtags #FeministAntiWarResistance y #FeministsAgainstWar.

Difundid la información sobre la guerra en Ucrania y la agresión de Putin. Necesitamos que todo el mundo apoye a Ucrania en este momento y se niegue de cualquier manera a ayudar al régimen de Putin.

Compartid este manifiesto con otras personas. Es necesario mostrar que las feministas estamos en contra de esta guerra; y de cualquier tipo de guerra. También es fundamental demostrar que todavía hay activistas rus*s dispuest*s a unirse contra el régimen de Putin. Tod*s estamos en peligro de ser perseguid*s por el Estado y necesitamos tu apoyo.